Si quiere una vida larga, evite el azúcar

Los productos finales de glicación avanzada (AGE por sus siglas en inglés) son un grupo complejo de productos formados cuando el azúcar reacciona con los aminoácidos. Estos productos se pueden formar indistintamente en los alimentos que consumimos o dentro de nuestro cuerpo.

Junto con la oxidación, los productos finales de glicación avanzada son uno de los mayores mecanismos moleculares que dañan nuestro cuerpo derivando en enfermedades, envejecimiento prematuro y, eventualmente, muerte.

Existe probada evidencia de que los AGEs pueden estar implicados en el desarrollo de enfermedades degenerativas asociadas a la edad, incluyendo pero no limitando a:

• Enfermedades cardiovasculares

• Alzheimer

• Diabetes

Una cantidad considerable de estudios han demostrado que restringir el consumo de AGEs resulta en un aumento de la esperanza de vida en modelos animales. De acuerdo con un artículo que resume los últimos estudios acerca de los AGEs:

«…los datos soportan que los AGEs endógenos están asociados con el declive de la funcionalidad de los órganos. Parece también que los AGEs alimenticios están relacionados igualmente.»

«…hasta la fecha la restricción en la ingesta de AGEs alimenticios y el ejercicio físico han probado reducir de manera sana los AGEs circulantes, implicando una reducción del estrés oxidativo y de los marcadores inflamatorios».

Azúcar industrial refinada

Azúcar industrial refinada

Limitar el consumo de azúcar en la dieta es una de las claves para la longevidad porque de todas las moléculas capaces de infligir daños al cuerpo humano, las moléculas de azúcar son probablemente las más dañinas de todas. En particular, la fructosa es un potente agente pro-inflamatorio que crea AGEs y acelera el envejecimiento. También promueve el tipo de crecimiento peligroso de células adiposas alrededor de los órganos vitales que son la antesala de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. En un reciente estudio sobre la fructosa, 16 voluntarios en una dieta controlada que incluía grandes niveles de fructosa produjeron nuevas células adiposas alrededor de su corazón, su hígado y otros órganos del aparato digestivo en ¡tan sólo 10 semanas! 

 

 

El azúcar en nuestra dieta

El azúcar en nuestra dieta

El azúcar (y la fructosa) también incrementa los niveles de insulina y leptina y reduce la sensibilidad receptora de estas dos hormonas vitales, lo que es otro factor importante en el envejecimiento prematuro y las enfermedades asociadas al envejecimiento como los problemas de corazón. Tenga en cuenta que aunque es natural que los niveles de azúcar en sangre aumenten ligeramente después de las comidas, no es natural ni sano que estos niveles aumenten considerablemente o se mantengan de ese modo durante un tiempo excesivo. Esto es precisamente lo que le ocurre a un ciudadano occidental medio que consume alrededor de un kilo de azúcar a la semana de promedio.Pero además, cuando añadimos a esta brutal ingesta de azúzar otros carbohidratos de baja calidad como el pan blanco, el azúcar refinada, la pasta, los dulces, las galletas y los caramelos, que se convierten todos ellos en azúcar en el cuerpo, no es difícil comprender porqué tantas personas tienen una salud tan delicada.Este tipo de dieta rica en hidratos de carbono es lo que está generando esta epidemia de obesidad que vivimos. No son las dietas ricas en grasas las que nos hacen gordos, sino las dietas ricas en azúcar/carbohidratos.La fructosa afecta negativamente al organismo de diversas maneras, pero uno de los mecanismos que produce daños significativos es la glicación. Como ya hemos mencionado, la glicación es el mecanismo mediante el cual el azúcar se enlaza a las proteinas para crear Productos Finales de Glicación Avanzada o AGEs. Este proceso crea inflamación que puede activar el sistema inmunológico.

 

Cantidad de Azúcar en los refrescos

Cantidad de Azúcar en los refrescos

Para limitar estos daños, es recomendable no ingerir más de 15 gramos de fructosa al día, particularmente si se tienen niveles altos de ácido úrico.

Cualquier persona que insista que el azúcar es azúcar se ha quedado anticuada. De hecho, existen grandes diferencias en la forma en que el cuerpo procesa distintos tipos de azúcar y es importante entender que cuando se consume fructosa el cuerpo almacena kilos a un ritmo mucho más alto, por ejemplo, que cuando se consume glucosa. Sirva como ejemplo que cuando se consume 120 calorías de glucosa, menos de 1 caloría se almacena como grasa. Cuando se consumen 120 calorías de fructosa, cerca de 40 calorías se almacenan como grasa. La fructosa, por lo tanto, se convierte principalmente en grasa almacenada en nuestro cuerpo. Existen otras muchas diferencias entre la glucosa y la fructosa, pero las trataremos más en detalle en un artículo próximamente.Pero resulta que el azúcar es altamente adictiva, de modo que reducir su consumo es especialmente complicado si se está acostumbrado a ingerir grandes dosis diarias. En efecto, se produce un síndrome de abstinencia que se manifiesta de diversas maneras. Incluso personas que no son conscientes de ello tienen una gran adicción al azúcar. Una lata de refresco de cola contiene, aproximadamente, 3 cucharadas soperas de azúcar. Hay personas que se toman 5 o 6 latas al día. No es difícil hacer la cuenta del azúcar que ingieren sólo por esta vía.Para reducir el consumo de azúcar y mantener el dulzor en la cocina se pueden utilizar diferentes productos como por ejemplo el Aceite de Coco extra virgen. De este modo, estaremos contribuyendo activamente a mejorar nuestra salud y a prolongar nuestra vida.

1 comentario

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    • ceferino el 11 enero, 2015 a las 22:37
    • Responder

    Excelente artículo, me ayudara bastante.

  1. […] la grasa contenida en el Aceite de Coco tiene mucho mayor poder saciante que los monosacáridos contenidos en el azúcar (glucosa y fructosa) y por lo tanto evita que comamos más cantidad y nos ayuda si queremos […]

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